Así restauramos nosotros. No te pierdas las fotos.
Hola a todos, aquí estamos de nuevo. Con toda la intención de retomar el trabajo con más ganas que nunca.
Antes que nada deciros que desde Restauramosarte deseamos que estéis todos bien, sanos y positivos. Nosotros estamos bien y trabajando para que, cuando pasemos la crisis sanitaria, podamos entre todos superar también la económica. Fuerza y ánimo para todos.
En este artículo voy a mostrar uno de mis últimos trabajos.
Hace unos meses tuve el placer de restaurar esta maravillosa talla, y quería escribirle un artículo.
Es un San Juan Bautista, en madera policromada y dorada con pan de oro fino y estofados.
Fotos generales de la obra, antes y después del proceso de restauración.
Es cierto que en Instagram voy mostrando cosas que vamos haciendo (Pepe en su especialidad de madera, y yo como restauradora de pintura), pero un artículo del blog me da para enseñaros mejor un proceso de restauración.
Este artículo no va a ser un informe técnico de la restauración de una talla, simplemente os voy a explicar el trabajo que hicimos, de manera informal, con mucha fotito para que os resulte entretenido.
No os vayáis!
Simplemente mencionar que este trabajo nos encantó porque el cliente quería una restauración sin demasiada “reconstrucción”.
Es normal encontrarse con personas que quieren que los restauradores dejemos las tallas como si no hubieran sufrido el paso del tiempo (evidentemente, siempre dentro del respeto a la obra; la mayoría de restauradores NO HACEMOS las cosas de las que hablo en mi artículo: https://restauramosarte.com/restauracion-8-chapuzas-que-te-haran-flipar/. Si no lo has leído vete a fisgarlo, para reír… o llorar, según se mire).
Y aunque esto de la reconstrucción imitando el original es un trabajo divertido (a mí me lo parece), lo que nos gusta es aplicar lo aprendido cuando hemos estudiado restauración: seguir los criterios actuales de “no falsificación”, realizar la reintegración de forma que se perciban a simple vista la lagunas que han sido reconstruidas.
Ahora que lo pienso, ¡cómo me gustaría hablar de criterios con mi nonna y el bisa! Ellos fueron restauradores a principios y mediados del siglo pasado. Seguro que cuando les explicase esto de “que se note la laguna” me mandaban a freír espárragos, je.
En fin, a modo de resumen comentar que la talla llegó al taller en malas condiciones, tenía piezas sueltas, mucha pintura desprendida, faltas importantes de estuco, e incluso de madera (faltaban dedos, etc).
Estaba muy sucia y repintada (es muy típico en estas tallas devocionales; el feligrés, o artistilla de turno, le da una “lavada de cara”, con brocha gorda).
En esta foto se puede ver la túnica y capa repintadas. Las capas originales son las doradas con estofados (técnica que consistía en aplicar pintura sobre el oro, para después retirarla siguiendo determinados dibujos y crear así efectos decorativos). Los repintes son, azul en la túnica y rojo la capa.
Después de arreglar los problemas estructurales y de soporte, hicimos un sentado de color (proceso de protección y readhesión de la pintura existente, para que no se desprenda más).
Luego retiramos los repintes y limpiamos la talla.
Para entender estas fotos hay que afinar un poco el ojo. Los repintes están retirados parcialmente. Y se puede ver como, debajo del repinte, sale la pintura original con manchas(es decir, la talla estaba sucia, y el “repintador” aplicó pintura directamente sobre la pintura original sucia).
Lo de los repintes sigue pasando hoy en día, como vemos en prensa, pero afortunadamente está aumentando el nivel de conciencia con estos temas, y cada vez sucede menos.
Repinte verde en peana Fragmento del cordero, repintado en ocre
La reconstrucción de la parte volumétrica la hicimos como de costumbre, con madera.
Las faltas (muchísimas, y grandes) de la capa de imprimación, las rellenamos con estuco que rebajamos hasta dejarlo al nivel de la pintura. Fue la parte más laboriosa.
Con el retoque, perseguíamos, por un lado, que se pudieran distinguir las lagunas a simple vista, y por otro que quedasen lo suficientemente integradas como para no “molestar” en la lectura de la obra.
Por esto aplicamos colores de acuerdo a los que presetaba la obra (pero sin ajustar el tono), y la manera de aplicarlos fue a regatino, (de esta forma le dábamos algo de vibración a la reintegración, para que no quedara un color muy plano, y así se integrara mejor en el conjunto).
A continuación podéis ver varios detalles de la obra, fotografiados en tres momentos del proceso de restauración: al principio, una vez aplicados los estucos, y final.
Fue un trabajo laborioso y entretenido, en una talla preciosa.
Espero que os haya gustado.
Si queréis ver otro de nuestros trabajos en detalle, lo tenéis en el siguiente artículo. https://restauramosarte.com/como-se-restaura-un-cuadro/
Y hasta aquí por hoy…
Recordad visitar nuestra web para conocernos mejor,
y no dudéis en poneros en contacto con nosotros para resolver cualquier duda.
Superbe blog, qui transpire la passion à l’état pur …
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